Acabo de volver de 10 días de pura adrenalina.
Si, me fui a
Bariloche.
Cambie mi rutina
de colegio, gimnasia, ingles, colegio a desayuno, excursión, almuerzo, dos
horas libres merienda, cena, pre boliche, boliche, 4 horas de sueño, 0
descanso, mucha gente nueva y ninguna preocupación.
Daria cualquier
cosa por volver, conocí gente nueva, ajena a lo que conozco y realmente
interesante.
Volver fue como
una patada en el estomago, la vieja rutina las horas sin nada que hacer, el no
tener que saludar a 200 personas y tener que ir corriendo de acá para haya.
Vuelvo a la
realidad, con sus problemas, frustraciones, alegrías y tristezas, donde todo
hay que pensarlo dos veces y donde si hay un mañana. Trato de acostumbrarme,
pero no puedo.
Llevo dos días en
mi casa y no puedo encontrar el ritmo, me siento desorientada.
Y con todo orgullo
canto:
¡Bariloche botón, Bariloche
botón, te pasaste volando la puta madre que te parió!
Hola de nuevo, vuelvo a frecuentar el blog. :)